El día que nunca olvidará esta niña de Albacete
La silla Joëlette y los Agentes Medioambientales de Albacete hicieron posible el deseo de Adriana
Adriana es una niña de 5 años que padece dos
síndromes raros, el Síndrome de Cebalid y el Síndrome O’Donnell Luria Rodan,
“ambos conllevan, más o menos la misma sintomatología como hipotonía, retraso
global del desarrollo, epilepsia, retraso del lenguaje… y hace tan solo unos
meses empezó a caminar”, según explicó a El Digital de Albacete Llanos, la
madre de Adriana.
La vida no se lo ha puesto fácil a esta familia, el
hijo mayor de Llanos nació con una enfermedad renal. Cuando la situación del
niño mejoró, Llanos y su marido decidieron ampliar la familia y en ese momento
llegó Adriana. Con solo seis meses descubrieron que la pequeña no estaba
desarrollándose como debiera y después de varias consultas e investigaciones
detectaron que Adriana padecía dos síndromes considerados raros. La vida les
tenía preparado otro duro revés, la pérdida de su padre a causa del cáncer. A
pesar de estos duros golpes, Llanos sigue luchando porque su hija mejore y vaya
dando pasitos hacia adelante.
Esta madre no quiere que sus hijos se pierdan nada y
desea que se envuelvan en la naturaleza como cualquier otro niño. Esto es
posible gracias a la especial ‘silla joëlette’ de la que disponen los Agentes
Medioambientales de la provincia de Albacete. Hace unas semanas, Adriana pudo
disfrutar de una ruta de senderismo por Balazote gracias a esta herramienta.
“Estaba super feliz”, cuenta la madre de Adriana.
Llanos ha explicado a El Digital de Albacete la
importancia de que se lleven a cabo estas iniciativas para que las personas con
movilidad reducida también disfruten de la naturaleza realizando rutas. La
pequeña Adriana sigue avanzando y ya puede caminar, pero todavía con algunas
dificultades. Por ello, gracias a este servicio de los Agentes Medioambientales
de la provincia de Albacete otras personas con movilidad reducida pueden vivir
la experiencia de realizar rutas por el monte de Albacete.
Aunque, poco a poco, Adriana va dando pasos, no
camina con soltura y no puede hacer ella sola una ruta tan larga, pero gracias
a esta silla pudo disfrutar de una tarde diferente con la gente que quiere.
“Adriana sigue avanzando, que es lo importante. Este tipo de sillas acercan el
senderismo, el monte, cosas que son inaccesibles para niños con problemas de
movilidad”, cuenta Llanos.
Según explica José Antonio Tortosa, agente
medioambiental de Albacete, desde hace 5 años esta institución, dependiente de
la Delegación provincial de la Consejería de Desarrollo Sostenible del Gobierno
de Castilla-La Mancha, cuenta con una silla especial para poder transportar a
personas con movilidad reducida. “Nos dimos cuenta de la necesidad de crear una
actividad más inclusiva para aquellas personas con algún problema de
movilidad”.
Desde esta organización vieron necesario implantar
una herramienta para que las personas con movilidad reducida también pudieran
disfrutar de la naturaleza. En una ocasión, organizaron una ruta con los niños
de un colegio y uno de los pequeños tenía movilidad reducida y no podía
realizar la actividad. Esto les animó a buscar una solución, investigaron y
dieron con esta silla. “Presentamos el proyecto y la delegación estuvo cooperando
en todo y al final la compraron”, cuenta Tortosa.
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