Estos son los mejores sitios para recoger setas en Castilla-La Mancha
El otoño es la mejor época del año para recoger
setas, ya que tanto las temperaturas como la humedad son ideales para su
proliferación, lo que hace que octubre y noviembre sean los meses ideales para
llevar a cabo esta actividad.
Tras las primeras lluvias, los bosques y montes de
Castilla-La Mancha ofrecen una variedad micológica de lo más sorprendente. Esta
estación es idónea para disfrutarla paseando sin prisas por las arboledas en
busca de setas, verdaderos tesoros de la naturaleza que, además, son muy
apreciados en la gastronomía.
El listado de setas que prosperan en la región
resulta casi interminable. Desde los populares níscalos a las codiciadas
amanitas de los césares, pasando por los boletos de varias especies,
champiñones, setas de cardo, senderuelas o setas de chopo. Pero, ¿cuáles son
los lugares perfectos para encontrar las más exquisitas?
A lo largo y ancho de Castilla-La Mancha hay una
amplia lista de lugares idóneos para disfrutar de la micología, aunque las
provincias de Cuenca y Guadalajara son las que presentan mayor variedad de
setas dada la extensión de sus zonas montañosas y de sus terrenos forestales.
En la provincia de Cuenca, el sitio ideal para
recogerlas es la Serranía, un auténtico lugar de peregrinación para centenares
de aficionados de todo el país. Es recomendable visitar la Sierra de Valdemeca;
los Altos de Cabrejas o los alrededores de la comarca de la Serranía
Media-Campichuelo. Las variedades más frecuentes son el níscalo, la senderuela,
la seta de cardo, la colmenilla, el pie violeta o el champiñón silvestre.
En Guadalajara, los lugares perfectos para disfrutar
de esta actividad son la zona del Alto Tajo y la Sierra Norte, donde se
encuentran los fotogénicos pueblos de la Arquitectura Negra. En esta zona, las
variedades más frecuentes de setas son el boletus, colmenillas y las setas de
cardo.
Por su parte, en Ciudad Real, los mejores sitios
para recoger setas son la parte sur y oeste de la provincia, desde Sierra
Morena hasta el Parque Nacional de Cabañeros. Aquí, las variedades más buscadas
son los níscalos y las setas de cardo.
Siguiendo el recorrido por la provincia de Toledo,
son ideales la Sierra de San Vicente y las laderas de los Montes de Toledo,
donde las variedades más comunes son el boletus edulis, boletus aereus, boletus
de pino, amanita caesarea, tricoloma portentosum, seta paraguas o champiñón.
Por último, en Albacete, el paraíso para los
recolectores de setas se encuentra en el entorno de las sierras del Segura y de
Alcaraz, que tienen mayor importancia micológica, con la seta de cardo como la
variedad más frecuente.
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