Encuentran restos de Homo sapiens en una cueva de Guadalajara
El paraje de
Tamajón (Guadalajara) conocido como el Abrigo de La Malia, descubierto en 2017,
sigue siendo todo un tesoro arqueológico. Allí, durante las excavaciones de la
presente campaña, un equipo científico multidisciplinar ha descubierto nuevas
herramientas líticas y restos de animales de entre 27.000 y 35.000 años de
antigüedad. El hallazgo ha permitido a los expertos conocer cómo eran las
poblaciones de la región en el Paleolítico superior y su estrategia de
subsistencia.
Los trabajos han
sido coordinados desde el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución
Humana (Cenieh) y dirigidos por los profesores Adrián Pablos y Nohemi Sala, que
en este yacimiento esperan "corroborar la presencia de Homo sapiens,
confirmar si las ocupaciones fueron largas o cortas y comprobar si hay algún
evento transicional entre los últimos neandertales y los primeros humanos de
nuestra especie", ha asegurado el investigador del de la Universidad
Complutense de Madrid, que no descarta encontrar en capas inferiores
"otras unidades correspondientes a los neandertales".
Con ello se
culminaría la datación de diferentes momentos de la prehistoria en la meseta,
una región en la que no se cuenta con tanta información como en otras zonas de
la península ibérica, ha informado en una nota de prensa el Ayuntamiento de
Tamajón.
"Hay un
registro muy importante de este periodo en la cornisa cantábrica, en el
Mediterráneo e incluso en la costa portuguesa, pero había un vacío existencial,
una vez que se extinguen los neandertales, en el centro de la meseta. Esto
quizá se deba a que haya habido una menor tradición investigadora, a que no hay
tantas cuevas, a que no encontramos los sitios donde habitaban o a todo ello
junto. Por eso resultan tan importantes los hallazgos de Tamajón, puesto que en
estas cronologías y lugares la comunidad científica no contaba con la presencia
de Homo sapiens", ha señalado Pablos, biólogo y doctor en Paleontología.
"Sabemos que
los restos de huesos de caballos, ciervos, bóvidos tipo bisonte, conejos o
corzos indican, por las marcas que quedan en los huesos, que los animales
llegaron a este Abrigo para ser consumidos como alimento", ha explicado la
geóloga Sala tras la reciente aparición de los mismos.
Los hallazgos que
se están haciendo en la zona desde 2017 son gran relevancia científica, puesto
que se trata de algunos de los más antiguos vestigios de presencia humana en la
meseta de la península ibérica, y los expertos esperan culminar en próximas
campañas la excavación de estas unidades paleolíticas para comprender mejor las
condiciones climáticas que había en aquel periodo.
Nohemi Sala y
Adrián Pablos son unos firmes convencidos del valor que tiene mostrar a la
población los hallazgos habidos en cada campaña. Así, en los días finales de la
excavación, convocaron una jornada de puertas abiertas, en el mismo Abrigo de
La Malia, para explicar a público interesado "qué es lo que hacemos".
Cerca de un centenar
de personas pudieron ver una demostración de talla en la que dos expertos
mostraron cómo nuestros antepasados del Paleolítico superior elaboraban sus
herramientas de piedra, tallando sílex, cuarcita o cuarzo, y lo hicieron con
los mismos utensilios que ellos usaban. Además, también mostraron, y enseñaron
a utilizar, azagayas, venablos y otras armas de caza.
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