Tres polluelos de halcón peregrino anidan en el Alcázar de Toledo
El Alcázar de Toledo es el hogar de tres pollos de
halcón peregrino, que permanecerán en este edificio, sede del Museo del
Ejército, unas semanas, hasta que empiecen a volar e inicien la dispersión;
pero al cabo de dos años volverán para intentar reproducirse y, de hecho, ya
hay una pareja de peregrinos asentada en los cortados del río Tajo.
En una almena del Alcázar de Toledo viven estos tres
pollos de halcón peregrino (falco peregrinus brookei), ubicados en un tipo de
jaula-nido denominada 'hacking', que se podría traducir por crianza campestre,
han explicado a EFE este miércoles Juan Manuel Blanco, veterinario de la
Fundación Aquila, y Ángel Manuel Pérez, jefe de Servicio en Toledo de la Dirección
General de Medio Natural y Biodiversidad (Consejería de Desarrollo Sostenible).
El 'hacking' es una técnica de crianza en
semilibertad que permite que los pollos «crean que han nacido aquí» y teniendo
en cuenta que el halcón peregrino tiene «filopatria», o «amor a la patria», los
pollos toman querencia y amor al lugar donde nacen y cuando son adultos vuelven
para intentar reproducirse a sus inmediaciones.
«Para ellos, el Alcázar es su sitio de nacimiento. Y
lo que buscamos es que se impronten de la zona, del Alcázar, y consideren que
es el cortado rocoso donde han nacido», ha explicado Juan Manuel Blanco.
Este proyecto de reintroducción del halcón peregrino
comenzó en 2017, y está promovido por la Junta de Comunidades de Castilla-La
Mancha y la Fundación Aquila en colaboración con el Museo del Ejército, el
Ayuntamiento de Toledo y la Catedral Primada, ya que los pollos también se
alojan en una de sus terrazas.
Los pollos nacen en cautividad en el centro de
recuperación de rapaces ibéricas de Sevilleja de la Jara (Toledo), la mayoría
por inseminación artificial, de adultos que han quedado irrecuperables pero
cuyos pollos están «perfectos».
Cuando tienen unos treinta días llegan a Toledo:
este año ya hay tres en una almena del Alcázar, y se prevé que en total sean
nueve, seis en el Alcázar y tres en la Catedral.
«Par ellos, es un paraíso, piensan que han nacido
aquí y además tienen a todas las palomas a su disposición», ha dicho el
veterinario, quien ha explicado que tanto el Alcázar como la Catedral son «un
baluarte inmenso para los pollos» porque la altura de estos edificios
patrimoniales les aporta la seguridad que necesitan.
Los pollos permanecen un mes aproximadamente en las
'hacking' del Alcázar y la Catedral y luego, cuando ya pueden volar, se abre la
jaula y salen, pero siguen en el entorno otro mes, aproximadamente, hasta que
se marchan.
A finales de verano el halcón peregrino inicia el
proceso de dispersión, y al cabo de dos años estos adultos regresarán al lugar
donde nacieron.
El objetivo del proyecto es que se reproduzcan en
Toledo y a partir de ahí poder reforzar las poblaciones del río Tajo, y de
hecho ya se ha conseguido que una pareja se asiente en los cortados del Tajo,
en Toledo.
El halcón peregrino autóctono es una especie
declarada como 'vulnerable' en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de
Castilla-La Mancha.
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