El mejillón cebra está ya a las puertas de las Tablas de Daimiel

El Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel está en alerta, no solo por la falta de agua que viene sufriendo en los últimos años, sino también ante el peligro que supondría la llegada del mejillón cebra, «una de las especies invasoras más agresivas» que existe en la actualidad en España.

Se trata, tal como destaca La Tribuna de Ciudad Real, de un molusco bivalvo que vive en aguas dulces y salobres, y cuyo origen se encuentra en los mares Caspio, Aral y Negro. A partir de ahí se ha ido expandiendo por el centro de Europa para dar después el salto a  Norteamérica y Asia, entre otros  muchos lugares, hasta que en 2001 llegó a España, donde se detectó por primera vez en Flix, un embalse en la cuenca del río Ebro, y desde entonces se ha ido «expandiendo por toda la mitad oriental de España» con presencia en la cuenca del Ebro, Segura, Guadalquivir y Júcar, entre otros ríos.

Así lo comenta Rafael Ubaldo Gosálvez, miembro del patronato del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel en representación de Ecologistas en Acción, quien, en declaraciones a La Tribuna, recuerda que es un molusco que tiene un «gran impacto en los sistemas ecológicos», pero también, añade, es «muy agresivo» para  las infraestructuras hidráulicas como puede ser la red de abastecimiento o maquinaria como los pozos. «Puede llegar a obstruir el hueco de la tubería y colonizar los espacios hidráulicos. Hace bastante daño en estas infraestructuras, y una vez que se detecta su presencia es prácticamente imposible de erradicar. Y ese, es el principal temor», lamenta.

 Ante esta situación, el Gobierno nacional aprobó en 2007 una estrategia nacional para «erradicar y controlar las poblaciones de mejillón cebra en España y la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) dio luz verde en 2015 a su propia estrategia con medidas para evitar la entrada de este molusco y marcando en rojo zonas de alto riesgo como el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel y las lagunas de Villafranca de los Caballeros, en la provincia de Toledo.  Y es que, esta especie invasora se transporta de unas cuencas a otras, principalmente a través de barcas por lo que en «casi todos los embalses de la provincia hay carteles informando que cuando se vaya a meter una barca, hay que asegurarse que no haya mejillones», declara.

Por todo ello, no es de extrañar que el Parque Nacional de Las Tablas centre sus miradas en este molusco, ya que su producción colonial es «muy densa» de unos «500.000 individuos por metro cuadrado», por lo que de llegar al humedal «sería el último palo que le quedaba para sentenciar su muerte», ya que supondría acabar «con los invertebrados acuáticos autóctonos». Incluso, señala, la infraestructura hidráulica de la Tubería Manchega podría verse también en peligro. Por ello, ante un posible trasvase del Tajo-Segura al parque, la Confederación ha diseñado unos mecanismos de actuación para evitar la llegada del mejillón cebra. «Ningún sistema de prevención va a impedir su entrada, por lo que estamos jugando con fuego», sentencia Gosálvez, ya que hasta ahora no se ha detectado su presencia en el Guadiana.

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