El yacimiento arqueológico de la Sala de los Moros (Ciudad Real), nuevo Bien de Interés Cultural
El Consejo de Gobierno aprobó ayer la declaración del yacimiento arqueológico de la Sala de los Moros, en Argamasilla de Calatrava (Ciudad Real), como Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de zona arqueológica, de lo que ha informado la consejera de Igualdad y portavoz, Blanca Fernández.
Esta nueva declaración se suma a las dos aprobadas
la pasada semana, las del Carnaval de Tarazona de La Mancha y las alfombras de
nudo español de Alcaraz, de forma que “llegamos a las 670 declaraciones BIC en
Castilla-La Mancha”, de las que 24 han sido esta legislatura, en palabras de
Blanca Fernández, que ha añadido que, además, el Ejecutivo autonómico tiene
otras 20 con sus respectivos expedientes en diferentes fases previas a su
declaración, “lo que habla de la riqueza patrimonial con la que cuenta nuestra
región”.
Sobre la declaración aprobada hoy, la consejera de
Igualdad y portavoz ha explicado que “supone el reconocimiento del valor
patrimonial de una manifestación cultural de carácter singular y excepcional en
Castilla-La Mancha”.
Así, Blanca Fernández ha explicado que este
yacimiento arqueológico, que se sitúa sobre el Cerro de Turruchel, de 908
metros de altitud en la zona oriental de su término municipal, se considera de
excepcional interés, de acuerdo al papel histórico que pudo desempeñar en las
diferentes etapas de su desarrollo, que comprende un periodo cronológico amplio
que va desde una fase prehistórica de la Edad del Bronce, y tal vez también
calcolítica, y otra parte protohistórica de la Edad del Hierro en el periodo ibérico-oretano.
En cuanto a la importancia de los restos
arqueológicos en este yacimiento, “es claramente de la mayor relevancia”, ha
indicado, debido a que es prácticamente único y de hecho solo se encuentran dos
similitudes en el resto de la Península Ibérica.
El yacimiento conserva restos de una muralla de unos
190 metros de longitud, construida con bloques de gran tamaño. Encierra en su
interior una plataforma nivelada artificialmente en la que destacan los restos
de un edificio monumental de casi 150 metros cuadrados con una cámara con
planta en T, conformada por un corredor y una cámara perpendicular a él
construidos con grandes bloques de cuarcita perfectamente escuadrados y
dispuestos en seco, sin barro, mortero o argamasa en la fábrica ni en el revestimiento
de los alzados y cubiertas.
El análisis de la estructura, el tamaño del edificio
y la existencia de la cámara interior, poco apta para la habitabilidad, así
como la aparente inexistencia de restos arqueológicos que denoten una actividad
doméstica, indican que la Sala de los Moros se acerca de alguna manera a
modelos funerarios.
En conclusión, y a la luz de los datos disponibles,
ha afirmado la consejera de Igualdad y portavoz, se puede afirmar que la Sala
de los Moros forma parte de la clase de enterramientos principescos de la
aristocracia ibera en cámaras concebidas como panteones de un linaje. Esta
clase de enterramientos, de utilización reiterada y prolongada en el tiempo,
puede ser fechada entre la segunda mitad del siglo V a.C. hasta el siglo II
a.C.
Con la decisión de ayer, tanto el conjunto
patrimonial como el espacio natural en el que se encuadra, quedan protegidos
por su declaración como Bien de Interés Cultural con la categoría de Zona
Arqueológica.
Comentarios
Publicar un comentario